Una de las principales razones de elegir mal el servicio de alojamiento web es el hecho de ignorar la diferencia entre una web “estática”, compuesta por una colección de páginas HTML muy simples con un contenido fijo (simples ficheros con extensión .htm o html, apenas cambia su contenido en el tiempo) y una web “dinámica” creada con un lenguaje de programación (típicamente PHP) cuyo contenido cambia continuamente, y lo que ello implica para la correcta elección del hosting.
Ejemplos típicos de aplicaciones dinámicas son los foros de discusión, las wikis como la Wikipedia o un blog, una tienda online.
Todas estas herramientas están hechas en PHP y presentan el mismo problema de cara al hosting: suelen usar base de datos para almacenar la información dinámica y esto, junto con la ejecución de PHP las hace mucho más exigentes para el servidor.
En una simple web estática, cuando los usuarios navegan por ella, cada vez que entran en una página simplemente se están bajando el correspondiente fichero HTML, un proceso relativamente “ligero” para el servidor. En cambio, en una web dinámica, basada en PHP, como un blog WordPress, cada vez que entran en una página tiene lugar un proceso que genera esa página “sobre la marcha”.
Por tanto, como se explica en detalle en este post, un servidor que puede atender a muchos usuarios con una web estática se puede venir rápidamente abajo si lo que se aloja es una aplicación web como WordPress. Éste es uno de los errores más típicos que cometen los usuarios al contratar un proveedor de hosting: contratar un servicio muy barato, completamente infradimensionado para sus necesidades.